Publicado el 04/09/2022
La seguridad en el despacho es un aspecto fundamental que muchas veces se subestima, especialmente en oficinas pequeñas o de atención personalizada. Un despacho mal ubicado o sin medidas preventivas adecuadas puede convertirse en un blanco fácil para intrusos o delincuentes. Por ello, es vital aplicar ciertos criterios al momento de diseñar y operar su espacio de trabajo.
Una primera recomendación es evitar instalar su despacho u oficina en planta baja, ya que esto lo expone a un acceso directo desde la vía pública. Si no es posible evitarlo, asegúrese de que haya un sistema de control de entrada y que el mobiliario no quede al alcance visual de transeúntes. Es preferible que el despacho esté apartado del paso directo de personas externas.
Para reforzar la seguridad en el despacho, equipe su mesa de trabajo con un timbre, botón de pánico o sistema de alarma silenciosa que pueda activar discretamente en caso de emergencia. Este recurso puede ser vital si un intruso logra ingresar o si se enfrenta a una situación intimidante.
Evite ubicar su escritorio junto a ventanas que den hacia la calle, edificios vecinos o azoteas, ya que esto expone tanto su privacidad como su información. Es recomendable usar cortinas opacas o vidrios polarizados si no puede reubicar el mobiliario.
Además, no deje documentos importantes a la vista, especialmente durante la noche o los fines de semana. Papeles relacionados con datos personales, cuentas bancarias o planes de viaje pueden ser utilizados para planificar robos o suplantaciones de identidad.
Implementar estas medidas no requiere una gran inversión, pero sí una mentalidad proactiva. La seguridad en el despacho es parte integral de su protección personal y profesional. Tomarse el tiempo para organizar el espacio de forma segura puede prevenir riesgos mayores.
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