- No abrir la puerta a personas extrañas o sospechosas caracterizadas que se presenten (sacerdotes, médicos, vendedores, carteros, encuestadores, entre otros). Solicíteles una identificación.
- Mantenga siempre una persona de su confianza cerca de su despacho, quien será la encargada de chequear a las personas que visitan su oficina y estará atenta a cualquier anormalidad que pueda afectar su integridad.