Publicado el 08/09/2022

Las prevenciones generales deben abarcar no solo el control de accesos, sino también la forma en la que se reciben visitas y correspondencia en el hogar o la oficina. Mantener una actitud prudente ante lo desconocido es clave para evitar situaciones de riesgo.

Siempre que reciba una visita, asegúrese de verificar la identidad de la persona antes de permitirle el ingreso. Si se trata de un desconocido o alguien que no esperaba, evite quedarse a solas con él en su despacho. En estos casos, la presencia de una persona de confianza o la atención en un área común puede marcar la diferencia.

Nunca reciba a alguien dejando abierta la puerta sin supervisión. Aunque se piense que es solo por unos minutos, esa apertura puede facilitar el ingreso de un cómplice o permitir una observación indebida del lugar. La seguridad empieza por el control de los accesos.

Una medida clave dentro de las prevenciones generales es contar con un botón de pánico o sistema de alarma discreto. Este debe estar ubicado en un lugar accesible desde su escritorio, permitiéndole activar una alerta en caso de peligro. Asegúrese de que su persona de confianza conozca esta función y cómo actuar ante su activación.

En cuanto a la recepción de paquetes, no los abra de inmediato sin inspección. Si tiene dudas sobre el remitente o el aspecto del paquete, solicite a un tercero que lo revise primero. En caso de sospecha, nunca intente abrirlo por su cuenta: comuníquese de inmediato con la Policía Nacional.

Recordar estas prevenciones generales y aplicarlas en cada jornada puede parecer un esfuerzo adicional, pero ese hábito puede salvar vidas. La seguridad no es paranoia, es preparación.